Esta reflexión está especialmente
dedicada a Valeria Galván
Todo está en
nuestro cerebro, cuando digo todo me refiero a ¡todo!, nuestros sueños, nuestro
talento, nuestro futuro, nuestras ideas, nuestra percepción de amor, el dolor y
la forma en que aprendemos. El cerebro es el único elemento compartido por
cualquier ser humano en este planeta, no importa el color de nuestra piel,
condición socio-económica, cultura o edad; la forma en que caminamos, entendemos
el mundo, escribimos, cómo aprendemos, son procesos infinitos regulados por
impulsos eléctro-químicos, efecto de las hormonas, genes y proteínas.
Con eso en
contexto, mientras que algunas investigaciones están enfocadas en curar y
prevención enfermedades del cerebro como el Parkinson, Alzheimer o entender el
proceso de desarrollo neurológico, otros están buscando la forma de construir un cerebro, por ejemplo el
proyecto cerebro humano y el proyecto Blue Brain liderado por Henry Markham,
profesor de neurociencia cuyo laboratorio se encuentra en el Instituto Federal
Suizo de Lausana, que gastará 1 billón
de Euros tratando de descubrir los secretos de la conciencia, mediante el uso
de datos para rastrear las señales electrónicas entre las neuronas (Honigsbaum,
2013).
Uno de los
muchos objetivos de este proyecto es la construcción de un modelo funcional del
cerebro humano, bajo el postulado fundamental de la neurociencia conocida como
regla de Hebb: "las neuronas que se encuentran en un espacio conjunto, Disparan
juntas", sin embargo la pregunta es ¿por qué? ¿por qué algunas neuronas
aunque disparan juntas, disipan la información?
Sin embargo las
cosas no son tan fáciles. Nuestro cerebro aprende y consolida información de
una manera desconocida, por ello muchas
investigaciones tratan de responder a preguntas comunes como: ¿por qué pueden
entender algunos niños números o ciencia?, ¿por qué algunos niños son cantantes
maravillosos?, ¿cuál es la diferencia entre el talento y la pasión por
aprender?
Estas
preguntas llevan a la neurociencia a un
camino largo y desafiante llamado evolución. Si bien algunos investigadores
creen que nuestros cerebros son la versión actual de prototipos naturales, la
realidad es que entre más tiempo que
pasamos en este planeta, nuevas necesidades deben ser resueltas, y por ende, no
es un modelo no hay planes de una versión final; por ejemplo, para leer estas
líneas, tuvieron que surgir los ojos y los oídos, dos engranajes maravillosos
de la exquisita evolución.
El proceso de
lectura es una combinación de la identificación de un sonido (los sonidos del
alfabeto) e imágenes (cada letra tiene una forma distinta, pensemos que la
mayoría de los alfabetos tienen capital y minúsculas). Este proceso útil es una
conquista de la plasticidad no solo neuronal, sino genética y por supuesto a
nivel proteínico.
El sistema
auditivo, por ejemplo, es una combinación de impulsos mecánicos y neuronales;
el prototipo actual se basa en la
perfecta relación entre huesos y células pilosas capaces de enviar información a un nervio y de ahí al cerebro. Hemos aprendido a
distinguir entre los sonidos en el medio ambiente, la música y la lengua, pero
no sólo eso, somos eficientes para determinar el lugar del objeto de la
emisión, intensidad y decidir si es un sonido peligroso o no. ¿Por qué?, porque
como especie, durante mucho tiempo los humanos intentaron sobrevivir de los
depredadores.
Pensemos por un
momento, escuchar no es suficiente para sobrevivir en medio de la noche con
todo tipo de criaturas del hambre, necesitábamos ojos. Mantengamos en mente que
durante muchos años, no éramos seres humanos, nos encontrábamos en el océano,
no hay suficiente luz para ver, así que el ojo comenzó su diseño sólo con sistemas para ver en la
oscuridad, mismos que aún empleamos para ver durante la noche, esas células se
denominan bastones.
Eventualmente,
esos ojos primitivos tuvieron que adaptarse a la luz, porque salimos del agua y
comenzamos a ver el sol, entonces esos ojos necesitaron nuevas células y
proteínas, empezamos a ver diferentes intensidades energía luminosa que permitió
al ojo ver colores, y se adaptó tanto tanto que actualmente podemos ver colores
entre 400 a 650 nanómetros y esa sorprendente diferencia tal vez necesitó algunos cientos de miles de años para conquistarse
(Nilsson y Pelger, 1994), pero no fue la única, ya que cuando se descubrió el
fuego, tuvimos que adaptar a una amplia gama de colores, añadimos amarillo y
rojo a nuestra paleta, y esto significó la capacidad de distinguir los frutos
verdes de los frutos maduros.
Estos dos
sistemas, el oído y la vista, aprendieron a trabajar juntos, así que cuando
escuchamos un ruido nuestros ojos buscan ese ruido...!pero hacía falta algo más!,
necesitábamos un cuello para apoyar ese movimiento. El movimiento es otro
proceso complejo increíble, porque las especies tuvieron pudieron trasladarse para
sobrevivir, algunos mamíferos como las ardillas o conejos tienen que moverse
rápido evitar para ser la cena de alguien, pero los seres humanos tuvieron que
trasladarse a encontrar un lugar mejor para vivir, encontrar comida y cuidado
de los bebés. Vamos a agregar a todas las habilidades de la necesidad de mover
los ojos para enfocar un objeto.
Un paso más era
necesario ser capaz de leer, tal vez debería decir otro gran paso: después de
crear un lenguaje, basado en sonidos, tuvimos que aprender a reconocer esos
sonidos, como un bebé y después de eso, los seres humanos crearon alfabetos,
esto significa que podríamos ver esos
sonidos. Sin embargo cabe mencionar que la coordinación entre el aprendizaje de
los sonidos y la vista, no es natural que nuestro cerebro, porque ésta es una
nueva habilidad para nuestra especie, y aun cuando ha existido desde hace miles
de años, no todas las personas tenían acceso a la lectura y la escritura, esto
ha sido una adición reciente a la neo
corteza. Por esta razón muchas personas, incluso en la Universidad tienen
problemas con la ortografía. ¿Quién no tiene un error de ortografía de vez en
cuando?, esto es porque nosotros debemos coordinar dos sistemas, escribimos como
escuchamos, pero palabras no siempre pueden escribirse siguiendo el sonido.
Por supuesto,
construir un cerebro es increíblemente complejo. Sin duda Henry Markham pasará
más de una década tratando de construir un cerebro, si creemos que la
naturaleza ha necesitado miles de años, quizá millones, 10 años es una agenda
muy optimista, especialmente con un sistema que nunca deja de adaptarse al ambientes.
hace 45 años solamente pocos tenían acceso a las computadoras, y continuamos
añadiendo características, cada 2 o 3 años que nos sorprende otra
actualización. La naturaleza tiene mucho más actualizaciones, ahora podemos
caminar por una calle sin morir en el intento, evitando los coches, a otras
personas y checar Facebook al mismo
tiempo. Mientras que algunos nosotros no crean un sistema coordinado lo
suficientemente rápido, y otros los siguen intentando e insisten en que es una
buena idea cruzar la calle mientras cuidan del bebé y el perro al mismo tiempo
que pueden resolver los 10 mil pendientes del trabajo.
¿Podemos crear nuestros cerebros? Personalmente
invertiría todo mi tiempo y poco dinero en esa dirección, enriqueciendo nuestros
entornos para generar nuevos conocimientos, porque al final, nuestro cerebro
fue diseñado para responder al medio ambiente adaptar, crear estrategias nuevas
y más sofisticadas, como el simple acto
de la lectura.
Referencias:
Blue Brain
Project EPFL. Available at: http://bluebrain.epfl.ch/
Dzib Goodin,
A. (2013a) La arquitectura cerebral como responsible del proceso de
aprendizaje. Revista Mexicana de Neurociencia. 14(2): 81-85.
Dzib Goodin,
A. (2013b) La evolución del aprendizaje:
más allás de las redes neuronales. Revista
Chilena de Neuropsicología. 8(1): 20-25.
Honisgbaum,
M. (2013) Human Brain Project: Henry Markram plans to spend €1bn
building a perfect model of the human brain.
Human Brain
Project. Available at: https://www.humanbrainproject.eu/
Lamb, TD.
(2011) Evolution of eye. Scientific
American. Available at: http://www.scientificamerican.com/article/evolution-of-the-eye/
Masaki, T.,
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comparative morphological and developmental biology perspective. Journal of Experimental Zoology Part B:
Molecular and Developmental Evolution. 314b(6): 417-433.
Mallo, M.
(2001) Formation of the middle ear: Recent progress on the developmental and
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Biology. 213(2) 410-419.
Nilsson DE.,
Pelger, S. (1994) A pessimistic estimate of the time required for an eye to
evolve. Proceedings of the Royal Society
Biological Science .256(1345)53-58.
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