Cada cerebro es único e irrepetible,
salpicado por la herencia familiar, moldeado por las experiencias, enriquecido
por el aprendizaje y recubierto de las experiencias culturales, todo eso, lo vuelve experto en algún área,
mientras que hay quienes tienen más habilidades motrices, otros son excelentes
para las artes y otros cerebros son curiosos para la ciencia y la tecnología,
pero todos tienen aún mucho que conocer de sí mismos.
Para comprender cómo funciona el
cerebro, existen diversas especialidades que suelen confundirse, pero que si se
miran detenidamente es posible reconocer que existen diferencias en la forma en
que abordan al cerebro como objeto de estudio, así se encuentra:
Neuroanatomía es la parte de la anatomía que se ocupa del
estudio de las diferentes partes del sistema nervioso y órganos de los sentidos
sobre todo en los aspectos descriptivos y topográficos.
La Psicofisiología es considerada
la disciplina científica que estudia la interrelación entre los aspectos
fisiológicos y psicológicos de la conducta. Siendo una ciencia
interdisciplinaria incorpora investigaciones de un gran número de disciplinas
como la psicología, la medicina, la ingeniería, la anatomía y las neurociencias.
El campo de la psicofisiología
estudia básicamente la actividad biológica relativa al funcionamiento del
cerebro, en especial de la corteza cerebral,
así como el estudio de los procesos psíquicos complejos superiores,
entendidos estos como la sensación y percepción, aprendizaje y memoria, la
motivación y la emoción y el pensamiento y el lenguaje. Podría entonces
definirse como el estudio de las
relaciones existentes entre las funciones cerebrales, la estructura psíquica y
la sistematización sociocognitiva en sus aspectos normales y patológicos.
Esta
abarca
todos los períodos evolutivos, y tiene como objetivos identificar los déficits
cognitivos y sus efectos en la vida diaria de los pacientes con discapacidad
neurológica o en los niños con dificultades en el aprendizaje, diseñar
instrumentos adecuados de exploración neuropsicológica y establecer un plan de
rehabilitación consecuente con los hallazgos obtenidos (Lezak, 1993; Quemada, y Echeburúa, 2008).
Neuropsicofisiología:
es una disciplina
fundamentalmente clínica, que converge entre la psicología y la neurología y
que estudia los efectos que una lesión, daño o funcionamiento anómalo en las
estructuras del sistema nervioso central causa sobre los procesos cognitivos,
psicológicos, emocionales y del comportamiento individual. Básicamente estudia la actividad biológica relativa
al funcionamiento del cerebro, en especial de la corteza, así como el estudio
de los procesos psíquicos complejos superiores (Rufo-Campos, 2006).
Neurociencias: son un conjunto
de disciplinas científicas que comparten un interés común por investigar cómo
el cerebro produce la marcada individualidad de la acción humana, además del
estudio de lo neurobiológico de la conducta entre las moléculas y la mente, es
decir cómo se relacionan las moléculas responsables de la complejidad de los
procesos mentales y explicar cómo actúan millones de células individuales en el
cerebro para producir la conducta y como a su vez, estas células están
influidas por el medio ambiente incluyendo la conducta de otros individuos.
Aun cuando suena difícil, la
visión de la neurociencia que es donde se inserta la psicofisiológica, en
realidad permite la comprensión de los procesos psicológicos complejos desde
varias perspectivas, esta es precisamente es la riqueza de esta área, ya que
permite al cerebro pensarse a sí mismo y permite explicar cómo el cerebro
piensa, siente, planea, recuerda, por qué comete errores, desarrolla la personalidad, los procesos de
aprendizaje, la toma decisiones, la forma en que ve al mundo y cómo interactúa
con otras personas, cómo responde a las creencias éticas o aprende a hablar, en
fin, permite comprender que en muchas
formas, se es lo que desarrolla el cerebro (Bloom, Beal, & Kupfer, 2006).
La neurociencia se beneficia
de la Neuroimagen que incluye el uso de diversas técnicas que emplean directa o
indirectamente las imágenes para analizar las estructuras, funciones y
fisiología del cerebro. Entre las
técnicas que se han desarrollado se encuentran la Tomografía axial
computarizada (CT) la Imagen óptica difusa (DOI), las señales ópticas de
eventos relacionados (EROS), la Resonancia Magnética (MRI) y la Resonancia
Magnética Funcional (fMRI).
Por su parte, existen también
combinaciones un poco más sofisticadas, por ejemplo está la neuropsicología
actual que se cimienta en distintos pilares básicos cuya dependencia entre sí
resulta imprescindible, ya que por una parte, se encuentran los métodos
experimentales y la observación clínica, pero ellos son de por sí insuficientes
si no cuentan con las nuevas técnicas de diagnóstico que es posible realizar
gracias a las imágenes del cerebro y las aportaciones de las ciencias
cognitivas. Juntos permiten diseñar esquemas de funcionamiento y de
rehabilitación de las funciones dañadas o perdidas de pacientes en ambientes
neurológicos y en ocasiones, ampliar esta perspectiva a los problemas de
aprendizaje (Rufo-Campos, 2006).
Referencias:
Bloom, F: Beal, M & Kupfer, D. (2006)
The Dana guide to brain health. Dana Press. United States.
Lezak M. (1993) Neuropsychology
assessment. New York: Oxford University Press.
Quemada, J. I;
y Echeburúa, E. (2008) Funciones y formación del neuropsicólogo
clínico: una propuesta. Papeles del Psicólogo. Vol. 29 (3). 301-306.
Rufo-Campos, M. (2006) La neuropsicología: historia, conceptos
básicos y aplicaciones. Rev. Neurol.
2006; 43 (Supl 1): S57-S58.
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