Si se observa al cerebro dividiéndolo en mitades,
se encuentran dos hemisferios, el
derecho e izquierdo, cada hemisferio está formado por dos estructuras
indivisibles: la corteza cerebral y la sustancia blanca. La primera está
formada por el cuerpo y las prolongaciones delgadas de las neuronas (células
principales del sistema nervioso) y la segunda por las prolongaciones gruesas o
axones y ninguno de estos dos elementos pueden funcionar de manera aislada. La
superficie de cada hemisferio cerebral forma pliegues que están separados por
un espacio profundo en la línea media en cuya profundidad está el cuerpo
calloso que conecta a los dos hemisferios.
Para facilitar la descripción se acostumbra a
dividir cada hemisferio en lóbulos que se denominan de acuerdo al nombre de los
huesos craneanos debajo de los cuales se ubican y así se tienen los lóbulos
frontales, parietales, temporales y occipitales. Se atribuyen distintas
funciones y procesos a cada uno de los lóbulos, sin embargo, se sabe que el
cerebro trabaja de manera conjunta.
Sin embargo estas divisiones son ambiguas y de algún modo arbitrarias, y se usan solo con fines esquemáticos, pues por ejemplo si se toma el cíngulo anterior, ¿es parte de la corteza pre frontal? y es ahi donde no quedan claros los límites, aunque se usan con fines didácticos.
Sin embargo estas divisiones son ambiguas y de algún modo arbitrarias, y se usan solo con fines esquemáticos, pues por ejemplo si se toma el cíngulo anterior, ¿es parte de la corteza pre frontal? y es ahi donde no quedan claros los límites, aunque se usan con fines didácticos.
El lóbulo
frontal se encuentra en la parte más anterior del cerebro. Ahí se
encuentran representados todos los
músculos del cuerpo y su función consiste en diseñar los movimientos
individuales de cada uno; además almacena programas de actividad motora
reunidos como resultado de la experiencia pasada.
Se dice que produce la formación de palabras y
está relacionado con la constitución de la personalidad del individuo, se dice
que regula la profundidad de los sentimientos y se asocia con la determinación
de la iniciativa y el juicio del individuo; regula el sentido de anticipación
del futuro y es el centro de la ansiedad.
Por si fuera poco, además permite la relación entre la visión y la posición bípeda
del ser humano y parece estar vinculado funcionalmente con procesos más
cognitivos que emocionales tales como la introspección y la coordinación del pensamiento
orientado por estímulos y el pensamiento independiente.
Otra división está dada por el lóbulo parietal, el cual se localiza en la
superficie lateral del cerebro, cerca de la coronilla, detrás y por encima de
la cisura central. Su principal función consiste en recibir e integrar
diferentes modalidades sensitivas.
Por ejemplo, reconoce objetos colocados en las manos
sin ayuda de la vista, incluso maneja información sobre forma y tamaño de los
objetos relacionándola con experiencias pasadas; también alberga la capacidad
de leer y diseñar mapas, ya que permite la orientación en el espacio tridimensional y la habilidad
de emplear símbolos, por lo que también tiene parte en la elaboración del
lenguaje, una lesión en esta área produce alexia,
es decir, la dificultad para descifrar la escritura y las lesiones en este
lóbulo son las que provocan mayor deterioro intelectual y de la vida cotidiana.
Por su parte el lóbulo occipital, se ubica en la parte posterior del cerebro, a
la altura de la coronilla, su función
consiste en relacionar la información visual recibida por el área visual
primaria con experiencias visuales pasadas, lo que permite reconocer y apreciar
lo que se está viendo.
En el
lóbulo occipital es donde realmente se visualiza el mundo. Las lesiones en esta
región merman la capacidad visual, en algunos casos los pacientes perciben solo
el campo visual lateral, reportando
manchas negras en los campos laterales. Si la lesión no es muy grande,
puede que reporte solo puntos o manchas que se mueven junto con los movimientos
de los ojos.
Para concluir con esta división cerebral cabe
mencionar al lóbulo temporal, el cual se ubica también en las partes laterales
del cerebro. En esta área a su vez se encuentran las áreas auditivas que se
vinculan con la recepción e interpretación de sonidos, así como el área
sensitiva del lenguaje conocida como área de Wernicke, que permite la
compresión del lenguaje hablado y de la escritura, es decir, completar el
proceso de lectura de una frase, comprenderla y leerla en voz alta, en este
sentido, la cadena de eventos tiene la tarea de conectar los estímulos
auditivos con los visuales.
Las lesiones en esta región pueden resultar en
distintas dificultades para la expresión escrita, aun cuando la habilidad
lingüística no se vea afectada, pues a veces los individuos tienen la capacidad
de escribir, pero no de leer, mientras que a veces pueden distinguir los
números pero no las letras, o bien nombrar los objetos pero no los colores; también
puede verse afectada la capacidad de reconocer rostros, aun de las personas más
allegadas, aunque una persona es capaz de reconocer objetos inanimados o
animales. Esto muestra la división de tareas cerebrales y lo complejo de su
integración.
A pesar de que no existen diferencias en la arquitectura cerebral de
hombres y mujeres. Si se encuentran ligeras diferencias en el volumen de estos.
En este sentido, aun cuando los varones poseen cerebros con mayor volumen, las relaciones
de proporción de los principales lóbulos son similares.
En ambos sexos, el lóbulo frontal supone aproximadamente el 38 % de los
hemisferios (con una variación entre el 36 y el 43%); el lóbulo temporal, el
22% (con una variación entre el 19 y el 24 %); el lóbulo parietal, el 25 % (con
una oscilación entre el 21 y el 28 %), y el lóbulo occipital, el 9% (con una
oscilación entre el 7 y el 12 %). Estas diferencias, aunque sutiles tendrán
cierto impacto en los procesos de aprendizaje, ya que muestran una tendencia, que de ningún modo es
determinante, a que los varones tengan mejor capacidad visoespacial y las
mujeres mejor capacidad verbal.
Aunque el cerebro es un cúmulo de procesos que parecen caóticos, en
realidad los estudios separados han mostrado que existe un cierto orden, aunque
aún no se conocen del todo.
Referencias:
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Downing,
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(2013) Right brain-left brain a primer. The Dana Foundation. Available at: http://www.dana.org/media/detail.aspx?id=40274
2 comentarios:
Muy claro y sencillo para quienes no son especialistas. gracias.
Gracias a ti por tu comentario, y por leer el artículo.
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