Hace unos días observé con sorpresa que
la entrada sobre los 10 problemas de la educación es el más visitado de este
blog, ¡el número es enorme!. Quiero suponer que el 20% de los lectores
terminaron decepcionados por no encontrar
la solución a dichos problemas y les pido una disculpa, pues este espacio no busca
resolver los problemas de la Educación. De hecho, supongo que tal vez el
número de lectores molestos por mis ideas sea mayor si consideramos que no
entiendo de educación, lo mío es intentar
comprender el aprendizaje.
Seguro que después de esta confesión el
número de lectores decepcionados creció a 75%. Al resto de los lectores, solo les puedo ofrecer ideas
sobre el porque aprendemos.
Debo admitir que como todo buen
neurocientífico mi aproximación al tema del aprendizaje estuvo centrado en un
principio exclusivamente en el cerebro, delineando redes neuronales y aprendí
con ello que a diferencia de la educación, la neuro-cognición analiza el proceso
de aprendizaje a partir de una red de experiencias que se organizan de manera
diferenciada en cada individuo a partir de procesos moleculares,
físico-químicos y que no se detiene fuera de los salones de clase.
Sin embargo, cabe decir que en ciencia
hay un principio que indica que no es posible estudiar algo a partir de si
mismo y fue entonces que planteé una nueva pregunta: ¿cómo llegó el aprendizaje
al cerebro?
Hace unos días leí con deleite un
articulo sobre la tarea de ser científico, y lejos de lo que muchos piensan, la
labor no es responder a todo.
Mi mayor aprendizaje a nivel superior no
fue responder todas las preguntas, fue aprender a decir: “no sé”. Recuerdo los mensajes de mi asesor de tesis
escritos con letras rojas mayúsculas: “no me digas el problema, dime la
solución”. Así que la mayor labor de un científico es plantear preguntas, encontrar
problemas. Por eso este blog es solo mi cuaderno de notas mentales, que con un
poco de tiempo e inspiración (cuando no cae nieve, se termina el café, o se
descongela un Iceberg en el Polo Norte), puedo compartir algo que vale la pena… Quiero agradecer a todos quienes lo siguen, lo
comparte, a quienes lo usan como material didáctico y a quienes lo han visitado
aunque sea una vez, ¡GRACIAS!
Cuando inicié esta aventura, como muchos,
pensé que podría compartir ideas, sin importar si eran bien o mal recibidas,
pero es cierto que quien no intenta no gana, y es que creo que hay dos tipos de
personas, las que se sientan a esperar las respuestas y las que generan
preguntas.
Voy a admitir que no me interesa la Educación,
no la entiendo, y no he tenido buenas experiencias con quienes la generan; a mi
me interesa el futuro de los niños, quisiera
ver niños felices aprendiendo en un salón de clase donde las ideas fluyan y les
permitan impregnar la curiosidad y la capacidad de resolver problemas, quiero
ver disminuir el número de egresados de las Universidades sin un empleo
relacionado con lo que estudiaron por tantos años.
Es por ello que a la par de mi escritura
en revistas científicas y en este blog, que es el más conocido y por el cual
he hecho grandes amigos, comencé una historia totalmente inventada, con el ya
famoso David, a quien al principio escribí de forma anónima pues no quería
hacer enojar a nadie, pero que con el tiempo, se ha vuelto más y más conocido.
La idea detrás de David, no es que la Educación entienda como enseñar a los
niños, sino tener la capacidad de aprender de
los niños.
De la imagen anterior, seguramente ya hay quien comienza a dudar de mi capacidad, pero exploré el tema de la Inteligencia en otra entrada.
Yo no soy educador, yo estudio el
cerebro, y cuando el cerebro dejó de ofrecer respuestas a mis preguntas, busque
otros horizontes. Me arrojé de clavado y sin paracaídas en el tema de la
evolución, de las moléculas, de los virus, de la capacidad de adaptación y
pervivencia de las especies.
Para el 10% que aún sigue aquí leyendo… les
comparto lo que he aprendido del aprendizaje hasta ahora, vuelvan en un año y seguro seguirán leyendo el porque creo que
está muy alejado de la Educación.
La educación es un conjunto de ideas
que parten de un grupo de personas quienes suponen que existen una serie de habilidades
que los niños deben desarrollar, con el fin de ser competentes en su entorno.
Se conjuntan planes y programas y se espera que los maestros logren añadir sus
habilidades y que eso de cómo resultado el aprendizaje, el cual miden con
pruebas que se responden con una letra y que sin importar cómo se hayan
diseñado ni los millones que se gasten en ellas, siempre tienen un margen de
error entre el 20 y un 30% y las cuales no son sensibles al análisis de las
habilidades metacognitivas de quienes las responden. Pueden ser respondidas lo
mismo por un robot que por un humano.
Sin embargo, uno de los primeros
problemas es que los humanos
son la única especie que envía a sus crías a espacios artificiales para
aprender cómo responder en la vida. Nunca se ha visto a un pingüino emperador
enviar a sus crías a Australia para aprender como sobrevivir en la Antártica.
Este conjunto de habilidades, además es
asincrónico a los movimientos culturales, pues lo que hoy es absolutamente
necesario, la siguiente generación lo habrá revolucionado, cambiado, hecho
mejor, ampliado y agregado cámaras milimétricas; sin embargo la naturaleza, no
puede darse el lujo de tener bajo resguardo una habilidad que no será usada,
por lo que si la educación quiere ser eficiente, debe ser capaz de crear
programas flexibles, acordes al entorno.
Si se observa por un momento, la
naturaleza es cambiante, desde el desarrollo corporal, el crecimiento de los
tejidos y por supuesto las ideas. Personalmente, la idea de iniciar un blog, fue
justamente porque me permite rastrear la evolución la perspectiva sobre un tema
a partir del conocimiento que se va adquiriendo. A veces, cuando parece que ya
encontré una respuesta, surge una nueva pregunta.
Con ello encontré dos grandes
diferencias entre la Educación y el aprendizaje: mientras que la educación
parte del supuesto de que todos aprenden de la misma forma y deben dar las
mismas respuestas, sin importar el contexto, el cerebro procesa la información
desde las diferencias individuales, ya que éste fue diseñado de manera natural
para responder dependiendo de las necesidades del ambiente y no a partir de lo que un examen espera.
A diferencia de lo que se cree, parece
que solo se trasmiten de una generación a otra conductas flexibles que permitan
adaptarse al medio, y en el ser humano existen muy pocas, que son el lenguaje,
la escritura, la lectura y el uso de números, ya que los cambios ambientales
son obvios de una generación a otra.
El aprendizaje, no depende de planes,
programas, presupuestos, entornos computarizados, o de un salón de clase, el
aprendizaje depende del cerebro y es un
proceso natural, puesto al servicio de todas las especies, con el fin de
pervivir sobre la faz de la tierra. Depende del entorno, es moldeable y tiene
la cualidad de ser una experiencia subjetiva, lo que significa que cada quien
aprende lo que le parece conveniente, y va a responder en el entorno a partir
de una combinación de estrategias aprendidas, en ocasiones probando cuales
funcionan mejor y adaptando nuevas conductas si es necesario, hasta lograr una
ejecución estable. Ahí tenemos a los artistas, atletas y el resto de los
mortales.
Por todo esto, a los dos lectores que
me quedan después de esta confesión, los invito a comprender por que incluso la
adaptación puede darse en las condiciones más difíciles, por ejemplo, ¿cuánto
creen que es capaz un perro sordo ciego?
Gracias por leerme, si regresan prometo
más ideas, pero no espere que solucione el problema de la Educación.
2 comentarios:
Me alegra ser parte de esos dos lectores :) recordando que la vida es mejor comiendo un helado
Ana Eira
Gracias por leerme Ana!!!
!!Extraño esos helados!
Te envio un cordial abrazo!!!
Alma
Publicar un comentario