Parece
que a veces el universo se confabula para hacerme caer en ciertos temas, ya que
diferentes personas me han compartido textos sobre el tema de la inteligencia durante las últimas semanas. No les voy a
mencionar, en caso de que este artículo cause ofensa a algunos, pero les
agradezco mucho a todos su inspiración. Leí casi 500 páginas antes de atreverme
a darle sentido a mis ideas.
No es un
secreto que no comulgo con el concepto de inteligencia, lo he dicho en diversas
conferencias, cuando la gente me pregunta cómo se engarza ésta con mis ideas sobre
aprendizaje, hasta ahora, no la he necesitado para explicar que las especies,
evolutivamente tienen que adaptarse al medio, siendo el aprendizaje el proceso
que les permite crear respuestas acordes a las necesidades del entorno.
Creo que
he visto al concepto de inteligencia como una tautología: nadie puede probar
que sea necesaria para el aprendizaje, pues con las estrategias de enseñanza
correctas todos son capaces de aprender, y cuando me refiero a todos hablo de
niños con trastornos del neurodesarrollo, personas con daño cerebral adquirido,
y otras especies. Si la respuesta tiene sentido en el medio, dicha respuesta se
puede desarrollar bajo mecanismos específicos.
Al mismo
tiempo, hasta ahora, después de muchos años de pruebas y niños etiquetados, aún
no hay acuerdo en qué es la inteligencia, no hay un acuerdo ni entre los
modelos biológicos, neurocognitivos o psicológicos, ni es posible encontrar estudios
capaces de unificarla desde diferentes puntos de vista.
El mapa siguiente
me permite argumentar mi negativa a creer, por un lado que podemos hacer a
alguien más inteligente, como se atreven a decir muchas escuelas y por otro,
que quien es poco inteligente lo va a ser toda la vida:
Este mapa
fue creado a partir de cientos de estudios realizados por diversas asociaciones
y con investigaciones independientes en todo el mundo empleando diversas
pruebas estandarizadas que miden inteligencia y publicado por Lynn y Vanhanen.
Lo que veo es que sin duda, hay enorme impacto cultural, que en promedio no se
aumenta la inteligencia por asistir a una escuela costosa y que la inteligencia
no resulta victoriosa ante la prueba del ambiente.
Hasta
ahora, lo que puedo asegurar, pues es una constante a lo largo del tiempo, es
que el lenguaje, la lecto escritura y la aritmética, son procesos que
sobreviven al paso de las generaciones, pero que son dependientes del entorno
social, por lo que la cultura tiene un gran peso en eso que llaman
inteligencia.
Si se
mira a detalle el mapa, Finlandia que es el país mejor colocado en las pruebas
de PISA, no está entre los más inteligentes. Si se hace una correlación entre
dichas pruebas y el promedio de inteligencia de los países, probablemente lo
único claro es que a mayor insumo cultural, mayor promedio en las pruebas
académicas, pero lo otro es que la inteligencia no se correlaciona con las
pruebas académicas.
Pero esto
tiene sentido, ya que las necesidades ambientales dirigen el tipo de respuestas
que se espera, en el caso de los Estados Unidos, la inteligencia se ubica en las
costas este y oeste, ¿no será que el paisaje tiene relación?.
Ahora
bien, detengamos la marcha por un momento, socialmente se dice que las personas
más inteligentes son aquellas que logran destacar, por ejemplo un par de iconos en ciencia: Albert Einstein y
Stephen Hawking, ambos con malas calificaciones en la educación inicial, pero a
ninguno se le considera genio por su puntaje en pruebas de inteligencia, sino
por su capacidad de analizar problemas que nadie más habría podido resolver.
Se admira
a las personas que tienen la capacidad de unir los puntos como ninguna otra
persona lo hace en cualquier ámbito, lo que implica el proceso de pensamiento
divergente, convergente, asociación de ideas y especialmente creatividad.
Esta
capacidad de ser flexible ante el ambiente es lo que permite a algunos llevar a
la humanidad a otro nivel. Windows, la Ipad, los artistas y las más
emocionantes teorías en ciencia, surgen cuando alguien es capaz de romper el
modelo y hacer algo nuevo, llamémosle flexibilidad mental.
Esto
aplica a humanos pero también a otras especies. Estudios con perros han
demostrado que a mayor domesticación, mayores respuestas sociales adaptativas
se encuentran y cuando se busca en especies que no han tenido contactos domésticos,
como los estudios con ardillas y perros de las praderas, se encuentra que aún
ellos, son capaces de aprender y flexibilizar sus respuestas ante un ambiente
cambiante. Sin embargo, al igual que los aprendizajes escolares, la
domesticación hace dependientes a las especies.
De ahí
que surge una pregunta: ¿se hereda la inteligencia?, la evidencia muestra que
no, la naturaleza no va a transmitir habilidades que fueron funcionales para
una generación pero no lo serán para otra. Muchas personas que nacieron antes
de la generación X se encuentran empantanados con las nuevas tecnologías. Las
nuevas generaciones por otra parte, se adaptan a cambios continuos.
Esto
aplica a redes neuronales cerebrales y artificiales, los algoritmos demasiado
rígidos no son exitosos, debe haber espacio para la adaptación.
Es
entonces que me surge este prurito mental cuando en la Educación todos deben
saber lo mismo y las pruebas de inteligencia determinan el éxito de los niños.
Esta clasificación simplona de inteligentes y no inteligentes es absurda a la
luz de la evidencia y cómo han demostrado diversas investigaciones, solo
aumentan el nivel de tensión en los niños encontrando altas correlaciones entre
baja auto estima y depresión entre los
niños etiquetados como inteligentes.
Fue Jean
Piaget quien dijo que lo importante no era la respuesta del niño, sino la
lógica empleada por el niño para llegar a ella. Si a Steve Jobs le hubieran
aplicado un examen de cómo funciona una computadora, seguro lo hubieran
crucificado, porque sin duda habría visto mucho más de lo que sus maestros eran
capaces de ver.
Hasta
ahora, ninguna escuela costosa que asegure aumentar la inteligencia de los
niños es una fabrica de genios. Hasta ahora, sin importar el nivel de
inteligencia de nuestros progenitores, alguien ha podido sentarse a ver como
vuelan los pájaros. Todos debemos encontrar nuestro camino, diseñarlo, crearlo
y hacer de ello algo que valga la pena.
Así que respondiendo
a todas las personas que me preguntan, comparten y comentan sobre el tema de la
inteligencia, aquí está mi respuesta: nadie ha podido demostrar que es un
proceso único y yo no puedo convencerles de que deberíamos explotar la
creatividad, el pensamiento convergente y divergente en las escuelas, porque
nadie sabe cómo será el futuro y hasta ahora, no he visto un sólo caso donde el
aprendizaje dependa de la inteligencia, ni en humanos, ni en otras especies ya sea animales o vegetales.
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