Buscar este blog

viernes, 4 de octubre de 2013

Modelos parentales en aves


Es usual que se escuche el  término escuela para padres,  bajo la idea de que los humanos requieren un entrenamiento dirigido, específico y determinado para llevar a cabo acciones en el entorno.

También se dice que nadie nace sabiendo ser padre y que es importante reconocer patrones de comportamiento claves para regular la conducta de los hijos.

Pero cabe analizar si en verdad no se tienen patrones de conducta evolutivamente diseñados con el fin de llevar a buen curso a la especie.

En esta ocasión les presento dos modelos parentales totalmente distintos, ambos de aves en ambiente natural, sin domesticación y por tanto sin lastres culturales, en un ambiente semi natural, ya que viven entre personas que no les molestan, sin embargo, sus predadores naturales están ahí, entre los que se cuentan zorros, coyotes, búhos, garzas y halcones.

En este ocasión  el modelo de conducta está centrado en el Ganso Canadiense (Branta Canadensis) que es de la familia Anatidae, del orden de los Anseriformes y del super orden de los Galloanserae. Hay documentos que muestran que estas aves han habitado la tierra desde al menos 10 millones de años.

La otra especie observada es el Pato Mallard o Pato Salvaje (Anas Superciliosa) del orden de los Anseriformes, de la Familia Anatidae, de la Especie A. Platyrhynchos. Se cree que vivieron al menos desde el Pleistoceno por lo que al menos han estado sobre la faz de la tierra desde hace 11 700 años.

A pesar de que ambas especies habitan el mismo espacio, muestran conductas parentales diferentes.

En el caso del ganso canadiense, ambos padres se encargan de cuidar a las crías, por lo que es común ver a ambos padres observando y dirigiendo a los pequeños. En caso de detectar algún tipo de peligro, tienden a mostrar conductas de ataque o bien atacar.

Desde muy pequeños, las bebés ganso comienzan a modular respuestas conductuales imitando a los padres, cuando muy pequeños suelen quedarse en los lugares donde hay agua, pero conforme crecen las crías, comienzan a explorar territorio. Los gansos vuelan, caminan, corren y se preparan para emigrar durante el invierno.

Las crías nacen a principios de la primavera y su territorio se circunscribe al espacio donde nacen, sin embargo los lugares de nidación no son siempre los mismos, estos varían año a año.  Debido a ello no ha sido posible seguir a muchas familias.

Las familias no conviven con otras, hasta que las crías comienzan a moverse más en el entorno, sin embargo, los padres siempre están al pendiente de sus propios hijos, a quienes enseñan a volar, pescar y atacar.

Muestran conductas de ataque intensas cuando los pichuelos son más vulnerables, especialmente porque las parejas suelen tener entre 3 y 6 polluelos.

Las clases de nado siempre son dirigidas por la madre y observadas muy de cerca por el padre. Mi impresión es que el padre se queda en el punto donde la familia es más vulnerable. Usualmente si se ve a algún miembro herido, es el padre.

Las crías cambian de plumaje con el paso de las semanas y dejan sus pijamas amarillas por un plumaje gris que es remplazado por el color natural de los adultos.

Por otra parte, el Pato Salvaje, muestra mucho menos rigidez en las conductas de cuidado. En primer lugar, los machos y las hembras conviven en el mismo espacio pero suelen estar en grupos separados, hasta el momento del apareamiento. Es común ver a los patos descansando mientras las madres cuidan, protegen y enseñan a sobrevivir a los polluelos.

Las crías por camada pueden ser 1 a 3, no más de ello, en parte debido a que la madre probablemente no puede cuidar sola a más crías.

Estas aves, conviven en grupo,  pero cada madre cuidad y observa a sus hijos. Los polluelos, comienzan a nadar cerca de la madre e imitan sus conductas. En caso de peligro se acercan a ella para buscar refugio.

Una vez que las crías están en edad de cuidarse por si mismas, se unen al grupo, separado por géneros, y para entonces se alistan a esperar el invierno, sobrevivir a él, para contar con la promesa de la primavera.

Es así que el resto de las especies busca mecanismos de cuidado de los hijos, cumpliendo el mismo patrón natural que mantiene a todos sobre la faz de la tierra.

Referencias: 

 
Buntin, JD. (1996) Neural and Hormonal Control of parental behavior in birds. Advances in the Study of Behavior. 25. 161-213.

Ghalambor, CK., Peluz, SI., and Martín, TE. (2013) Plasticity of parental care under the risk of predation: how much should parents reduce care?. Biology Letters. 9 (4) doi: 10.1098/rsbl.2013.0154

Martin, TE., Martin, PR., Olson, CR., Heidinger, BJ., & Fountaine, JJ. (2000) Parental care and clutch size in North and South American birds. Science. 287 (5457) 1482-1485.

No hay comentarios: