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miércoles, 31 de agosto de 2011

La relación entre la memoria y la atención

La memoria y la atención se encuentran relacionadas indiscutiblemente pues parte del proceso de atención tiene su principio en recordar lo que los sentidos captan. Cuando uno presta atención a un sabor, el sentido químico del gusto intentará desmenuzar los sabores y recordar cada uno de los componentes hasta poder decir: sabe a…

Cuando se pone atención a partir del sistema visual, uno debe recordar la ubicación espacial de los objetos, los colores, formas y estructuras compositivas de lo que se mira, a veces la velocidad y la naturalidad del movimiento (Delaney,  Nghiem y Waldum, 2009). Y el proceso se vuelve complejo cuando después de mirar algo por un rato, se hacen preguntas específicas sobre ese objeto o esa composición. Por supuesto, entre más elementos se encuentren en lo que se observa, más complejo es determinar que se miró.


Analice la imagen, vea los colores, y las formas, reconozca los objetos, revise la composición.

¿Reconoce las aves?, ¿sabe sobre que están caminando?, ¿en dónde fue tomada la fotografía?

La atención tendrá que basarse en el conocimiento previo de los elementos o de otro modo no será posible reconocer lo que se mira (Ruiz Contreras y Cansino, 2005). De ahí que el cerebro requiera de la complejidad de la interacción entre la memoria episódica también llamada de trabajo y la memoria a largo plazo que permita crear acceso a la información previa en el sistema. El principio se ha explicado como una revisión de los archivos contenidos en el cerebro, conservados para ser empleados a necesidad (St. Clair Thompson,  2010).

 Pero entonces, ¿cómo surge este sistema tan complejo y a veces hasta delicado llamado memoria en el proceso evolutivo?.

La memoria, al igual que los demás procesos básicos (sensación y percepción, aprendizaje, motivación y emoción, pensamiento y lenguaje), está puesto al servicio de la pervivencia de la especie, es decir, sirve para mantenernos sobre la faz de la tierra. Pero además se adecua a las necesidades del individuo dependiendo de la interacción que tenga con el medio (Killgore y Yurgelun-Todd, 2009).

En este sentido, se puede afirmar que el proceso de la memoria es flexible y en años recientes se ha encontrado que sus células son renovables, pues se ha hecho mucha investigación que muestra que tanto las células del hipocampo que es donde se cree está asentada físicamente el proceso de la memoria, como las del bulbo olfatorio, cambian constantemente, al igual que los células óseas y las dérmicas (Alvaréz – Buylla  y García Verdugo, 2002).

Es por ello, en parte que la memoria requiere consolidación. Intente recordar estos dígitos: 9, 3, 9. 0, 9, 2, 1, 7…

Usualmente se asocia al aprendizaje con la memoria, de hecho el proceso completo es aprendizaje y memoria, ambos requieren de la atención, pero entonces ¿se recuerda y luego se aprende o se aprende y luego se recuerda?. ¿Qué fue primero? ¿el huevo o la gallina?. Desde el punto de vista cerebral, uno se apoya en el otro, puedo decir mi nombre porque he aprendido que asi me conoce la gente y si entre una múltitud alguien grita mi nombre, aún con poco esfuerzo, buscaré a quien creo que me llama. Pero entonces ¿los bebés tienen conocimientos previos que luego recuerdan?

Antes que nada, la memoria se encuentra en otras especies, se han realizado múltiples estudios de memoria en gatos, todos sabemos que los perros recuerdan caminos, personas y olores, que algunas especies de aves pueden recordar palabras y que entre más grande y evolucionado el cerebro de una especie, le es posible crear interacciones más complejas entre procesos.

También se sabe que la memoria está localizada en el hipocampo, el cual es parte de lo que se llama sistema límbico, ubicado exactamente a la mitad del cerebro y que también alberga a las emociones. De ahí que exista una fuerte relación entre la memoria y la emoción.


Esa relación crea recuerdos incompletos, por ejemplo cuando adultos recordamos el momento en que uno de los padres empleó algún tipo de castigo para reprender una conducta indebida. Es sencillo recordar el castigo y el dolor causado, ya sea físico o emocional, pero cuando se pregunta: ¿Por qué te castigaron?, usualmente el recuerdo es mucho más vago. La conducta indebida no inflingió el dolor, el castigo fue el evento doloroso.

¿Puede recordar los números que se anotaron un poco más arriba en este artículo?, ¿recuerda el orden exacto?, ahora… ¿podría recordarlos en orden inverso?...

Cuando se llevan estudios de laboratorio, usualmente se emplean estímulos como recordar dígitos, palabras en orden, relacionadas… como se hace en las pruebas psicométricas, pero en la realidad, la cantidad de estímulos es tal, que difícilmente se pueden recordar y poner atención a tantos eventos. Antes se decia que el número mágico de la memoria era 7±2… pero si logramos recordar 3 cosas, a veces es suficiente.

Y en esta era de la información donde todo fluye a velocidades de pentium 5… ¿cómo recordar la fecha del día, la cita de las 5, la lista del super, la tarea de mañana, el cumpleaños de alguien, el número de teléfono y además, poner la alarma de despertador?.

Aprendemos a depender de aparatos que nos hacen fácil la vida, como las agendas electrónicas, los teléfonos inteligentes, la Ipad, la laptop… los papeles autoadheribles… pues el cerebro no es expandible, está confinado en un espacio finito, por ello depende de la economía cognitiva, y recuerda solo lo importante ¿dónde dejé mi célular?.

Pero cuando bebés, las cosas son distintas. No se recuerda, se actua a partir de los llamados instintos primarios, comer, dormir, defecar… eso no se tiene que recordar, tampoco respirar o sudar. La naturaleza dotó a las especies de medios de sobrevivencia. Si bien el cerebro está apto para funcionar en esas condiciones, no está completamente desarrollado. De hecho, quiero pensar que nunca termina de desarrollarse, pues las distintas áreas comienzan la carrera por cablear, que no es otra cosa que crear redes neuronales, funcionales, es decir, que den respuesta a las necesidades del ambiente (Dzib Goodin, 2011).

La carrera por conectar, bajo la lucha del más fuerte y de que solo lo que se usa se queda y lo que no se desecha, comienza desde antes de nacer, pero será más evidente durante el primer año de vida. Comienza el desarrollo de lo que se conoce como sustancia blanca, que no es otra cosa que el medio conductor de impulsos electricos.  A esta sustancia se le ha asociado con la velocidad de procesamiento y de conectividad entendida como la capacidad de conectar diferentes regiones del cerebro de forma eficaz (Roberts, Anderson y Husain, 2010; Tirapu-Ustárroz, Luna-Lario, Hernáez-Goñi,  y García-Suescun, 2011).

Conforme crecemos, con la interacción del ambiente, se van creando redes o circuitos específicos, de ahí que aun cuando dos personas vivan los mismos eventos, cada uno recordará o analizará el mismo de manera distinta. Algunos desarrollarán más el sistema visual y les será sencillo recordar estímulos visuales mientras que otros se inclinarán más por lo sonoro.

La relación entre el aprendizaje y la memoria, surge entonces como una necesidad de consolidar aquellas cosas que se vuelven importantes, por ejemplo el camino a casa, el nombre de la calle donde se vive, el nombre propio, como andar en bicicleta o bien conducir un auto,  recordar el alfabeto y los sonidos asociados a cada signo, lo mismo sucede con los números, la relación entre las operaciones aritméticas… lo que se aprende se mantiene en el sistema cognitivo, si además hace falta y se usa constantemente, se consolida, si se le suma aquello que nos gusta y nos hace sentir bien, muy probablemente se repetirá muchas veces, tantas, que creará una red neuronal fuerte y será dificil modificarla.

Los hábitos, no son más que redes neuronales consolidadas, no hay que pensar como se usa el cepillo de dientes, en cuanto nos acercamos a donde está, lo tomamos sin pensar con que mano debe hacerse, lo usamos como mejor podemos, nos enjuagamos y lo ponemos en su lugar sin pensar demasiado en ello.

Usted como lector experto ha podido reconocer cada signo de este escrito, recordó los sonidos asociados, los juntó, los comprendió y le dio un significado al texto. Nadie ha tenido que decirle, esta es una A y esta una B y suena así… ahí se explica la relación entre aprendizaje y memoria.

¿Puede mencionar los números que se leyeron antes en este escrito?, ¡no se preocupe!, el 98% de las personas no logra hacerlo y en este caso es un buen síntoma pues prestó más atención al texto. ¿de que sirve recordar esos números? A menos que haya una recompensa de 3 mil dólares no vale la pena emplear una parte de su procesamiento cognitivo para ello.

Se consolida en la memoria, aquello que sirve, que nos causa una emoción muy fuerte, o aquello que nos permite sobrevivir. ¿A quién le importan unos cuántos números?, solo aquellos que tienen una lesión cerebral que les crea una obsesión… a veces es bueno depender de los medios electrónicos para recordar, o de los procesos fisiológicos, para recordar que ya es hora de comer.


Alma Dzib Goodin

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Referencias

Alvaréz – Buylla, A. y García Verdugo JM. (2002) Neurogenesis in adult subventricular  zone. The Journal of Neuroscience. 22(3) 629-634.

Delaney, PF., Nghiem, KN and Waldum, ER. (2009) The selective directed forgetting effect: Can we forget only a part of a text?. The Quaterly Journal of Experimental Psychology. 62 (8) 1542-1550.

Killgore, WDS. and Yurgelun-Todd, DA. (2009) Cerebral correlates of amygadla responses during non-conscious perception of facial affect in adolescent and pre adolescent children. Cognitive Neuroscience. I (1) 1-11.

Roberts, R.E., Anderson, E. J., Husain, M. (2010) Expert Cognitive Control and Individual Differences Associated with Frontal and Parietal White Matter Microstructure. The Journal of Neuroscience. 30(50): 17063-17067.

Ruiz Contreras, A. y Cansino, S. (2005) Neurofisiología de la interacción entre la atención y la memoria episódica: revisión de estudios en modalidad visual. Rev. Neurol. 41 (12) 733-743.

St. Clair Thompson, HL. (2010) Backwards digital recall: A measure of short-term memory or working memory?. European Journal of Cognitive Psychology. 22 (2) 286- 296.

Tirapu-Ustárroz, J.,  Luna-Lario, P., Hernáez-Goñi, P., García-Suescun, I. (2011) Relación entre la sustancia blanca y las funciones cognitivas. Rev Neurol. 52 (12): 725-742.

martes, 23 de agosto de 2011

El proceso de atención: mucho más que solo la mirada.

En el espacio sobre la atención a los detalles, en este mismo blog, quienes observan el video pueden notar que entre más distancia sobre la diferencia de los estímulos, es más fácil que estos sean notados. Muchos de los que miran el video son adultos, teóricamente adaptados y que se sientan todos los dias frente a sus pantallas y ponen atención y sin embargo, cuesta al menos 3 escenas del video para darse cuenta que es lo que sucede.

¿Qué pasa entonces?, ¿es la atención algo determinado?, ¿qué implica que le pidamos a un niño poner atención?

La atención depende basicamente del desarrollo de múltiples estructuras cerebrales, pues aunque socialmente se le da más importancia a la atención visual, todos los procesos sensorio perceptuales convergen para que sea posible que se note algo.

 De manera coloquial se define a la atención como la percepción selectiva y dirigida que enfoca el interés por una fuente particular de estimulación, esfuerzo o concentración sobre una tarea (Van Zomeren y  Brouwer, 1994). Lo complejo viene cuando esto se hace ante muchos estimulos al mismo tiempo, mientras se  parpadea, se escucha el ruido que todos hacen, se huele lo que hay en el ambiente y además se tiene la presión de ver al frente… y además los niños tienen a un adulto diciendo: pon atención, como si alguien tuviera una idea de que es eso…

La atención, como todo proceso neurocognitivo es adaptativo, esto implica que se desarrollan redes neuronales que permiten que alguien sea más o menos sensible a los estimulos visuales o a los auditivos. En este sentido suena lógico que un pescador tenga mejor visión aun cuando el sol refleja en el mar, que además hace olas y que debe responder a su posición en la inmensidad del oceano, tomar en cuenta el clima y la hora del día, eliminar el movimiento de su barca y buscar los cardúmenes más ricos. Mientras  que, un niño a veces solo presta atención a la televisión, con una visión al frente y cuya única posible fuente de distracción sea el hambre, la cual sacia con solo estirar su mano.

De ahí que me parece que por una parte, el aumento de los casos de déficit de atención son causados por la falta de estimulación requerida en la vida moderna por parte de la gente. Mirar al frente, lo cual implica que las redes especializadas en la visión períferica se atrofie; pantallas cada vez más grandes que si bien concentra un poco más de movimiento oculomotor, no es suficiente; sonidos que sabemos que “solo están en la tele” asi que no es necesaria la preparación para la huida o el ataque… menos espacios de juego, excepto los requeridos por las consolas de juegos… si, prestamos menos atención a los detalles, no hay duda.

Sin embargo,  no siempre se restringe solo a un proceso neurocognitivo, pues por ejemplo la restricción oculomotora, causa déficit solo en la vista, en este caso, la atención se emplea en todo proceso sensorial, desde la visión, la audición, el gusto, el olfato, los sentidos hápticos y en la combinación de los mismos (Estévez González, García Sánchez y Junque, 1997), , incluyendo la percepción emocional… lo cual implica que se eliminan  muchas redes necesarias al enfrentar a la jungla de asfalto, por ejemplo.

En la vida cotidiana uno debe observar el movimiento de los autos para tomar decisiones que practicamente son de vida o muerte, saber cuando un alimento no es comestible, o bien, mirar con atención los detalles de los rostros para saber si sonrio y cruzo la calle o mejor me detengo por que el conductor no planea quitar su pie del acelerador…

Y en la escuela los niños deben prestar a detalles que a los adultos les parecen tontos, pero que son el pan de ca día en los salones de clase: distinguir entre a, a, a y su diferencia entre A, A y A, sutil, ¿ah?. El niño tendrá la misma dificultad que usted tuvo al reconocer las diferencias en las tres o cuatro primeras escenas del video… ¿basta solo con pedir que preste atención?.

La atención sostenida es en realidad un complejo mundo de toma de decisiones que el cerebro realiza, para ello, la tarea simple consiste en dos estímulos como los presentados en un estudio de laboratorio realizado por Sackur y Dehaene  (2009). Pero en la vida real, cuando el niño está en un salón de clase, intentando aparentar que está poniendo atención al maestro, sintiendo que su zapato izquierdo le aprieta, que el borde del pantalón o falda de roza la pierna, que el sol le pega en el brazo, que el lápiz es muy pequeño o muy grande para sostenerlo, al mismo tiempo que el compañero de al lado habla incansablemente, y hay un árbol moviendose extrañamente afuera, su estómago le pide agua o aunque sea el sandwich aplastado que su lunchera guarda celosamente hasta la hora del recreo y lo hace recordar que la noche anterior no durmió por su hermano recién nacido desperto 5 veces para pedir de comer… si… en la vida real las cosas siempre son más difíciles… por cierto, ¿recuerda usted el nombre del niño de este ejemplo?...

Después de tanto leer sobre la complejidad cerebral del proceso de atención, yo deje de pedir a mis alumnos que me prestaran atención, si la fuente de estimulación es rica y motivante, la atención llega sola.

Alma Dzib Goodin 
 
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Referencias

Van Zomeren, AH. y Brouwer, WH. (1994) Clinical neuropsychology of attention. Oxford University Press. New York.

Estévez González, A., García Sánchez, C. y Junque, C. (1997) La atención: una compleja función cerebral. Rev Neurol. 25 (148) 1989-1997.

Sackur, J. y Dehaene, S. (2009) The cognitive architecture of chaining of two mental operation. Cognition. 111. 187-211.




viernes, 12 de agosto de 2011

Cuando la ciencia sale de los centros científicos y se vuelve popular

Escribí esta poencia hace ya un par de años, pero es parte de la cultura que se aprende en los medios de comunicación... la comrparto con ustedes para hacer conciencia de que la televisión educa... de maneras insospechadas...

CUANDO LA CIENCIA SALE DE LOS CENTROS CIENTÍFICOS Y SE VUELVE POPULAR


Deseo comenzar este trabajo diciendo que mi primer acercamiento a la ciencia, lo hice gracias a los programas de divulgación que en los años 70 y 80’s eran pocos y no tan elocuentes, coloridos o atractivos como lo son ahora los programas de Discovery Channel o las series de televisión como cualquiera de las versiones de CSI. En aquel entonces, aunque se hablaba de divulgación, uno como espectador tenía que hacer muchas preguntas o investigar en las bibliotecas términos que a veces pasaban desapercibidos para los expertos. Aunque parezca extraño,  Uno de los esos  términos en mi caso, fue la palabra investigar. Al acudir a la biblioteca, aprendí que la palabra investigar proviene del latín investigare que significa inquirir o de vestigium que significa huella.  Aprendí con un poco más de experiencia con los libros que la ciencia constituye un conjunto de ideas  provisionales, es decir que son válidas mientras no se demuestre su falsedad o no sean superadas por nuevos conjuntos de ideas con mayor poder de explicación, por lo que la verdad científica es relativa y cambiante, no son eternas ni cristalizadas. En segundo lugar, si bien la ciencia exige que sus verdades sean constantemente verificadas, la verificación de la validez de las construcciones teóricas, así como el aporte de nuevos conocimientos, debe ser realizado utilizando un método: la investigación científica

Durante mi paso por la Facultad de Psicología de la UNAM, aprendí que la investigación científica es metódica y sistemática, no es errática sino planeada y no excluye al azar. La investigación científica es una de las actividades más importantes que deben desarrollar los profesionales y se promueve en grado diverso en todos los países.

Después de algunas conferencias, un montón de libros y bastantes horas, me enamoré de la ciencia, primero de la psicología y después de la neurociencia, y comencé a emplear el vocabulario y posteriormente, a compartir ese vocabulario con los estudiantes. A veces llegue a preguntarme como explicar las cosas de modo tal que fuera sencillo entenderlas, y recordando mi juventud, recordé la forma tan clara que fue comprender términos complejos viéndolos en acción. Algunos de la mano de los productores y realizadores. Comencé a enseñar conceptos complicados a mis estudiantes por medio de series de televisión. Y lo que me habría costado 400 páginas y algunos desvelos, ellos los podían comprender en 5 minutos y no olvidarlos al paso de las horas.

Poco a poco, comenzaron con los años, series de televisión que incluyeron mas y mas temas científicos, una que sigue siendo mi favorita es ER. La verdad es que jamás leí el tratado de anatomía que me dejaron para la clase, pero si disfrute de las temporadas de la serie de televisión mientras leí cosas más sofisticadas. Y entonces, los temas científicos se volvieron populares.

Steve Mirsky  escribió un articulo en Scientific American que apareció publicado en mayo del 2005 titulado Crime Scene Investigation, y expone en él como los super investigadores de la televisión afectaban las cortes en los Estados Unidos, y daban ideas a los criminales. Los jurados en las cortes reales, deseaban ver pruebas forenses como las que era posible ver y tan fácil de analizar en las series de televisión.  Otros analistas incluyeron en sus reportes temas tales como: las solicitudes de pruebas de laboratorios se dispararon hasta niveles insostenibles. En los Estados Unidos aumentó el número de estudiantes en la especialidad de la Ciencia Forense. Existe un mayor respeto a la Ciencia Forense debido a la fascinación que ha despertado en las personas. Han aumentado el número de recopilaciones de pruebas físicas de la escena de crimen.

Sin embargo el efecto CSI está en el centro de la polémica. Sus expectativas poco realistas sobre lo que la ciencia forense puede o no puede aportar en un caso penal, provocó que en Ohio, Estados Unidos,  una juez incluyera entre las instrucciones a sus jurados la estricta prohibición de ver series como CSI durante su tiempo de servicio público.

Les reprochaba que estuvieran implantando la errónea noción de que la criminología es una ciencia rápida, infalible y absolutamente determinante a la hora de corroborar culpabilidad o inocencia.

Otra vertiente negativa del efecto CSI es que tanta divulgación televisiva de cuestiones "como el uso de algunos productos químicos para destruir rastros genéticos" sirva también como educación para criminales a la hora de evadir sus responsabilidades penales. Además en la  televisión, los resultados de las pruebas toxicológicas se obtienen de inmediato. En la vida real pueden demorar meses. Y la exactitud para determinar los orígenes de una prueba física no es tan precisa como en la serie.

Posteriormente en el año 2006, el Dr. David Susuki en una conferencia en el XIII Congreso Internacional de neurociencia, compartió una experiencia que nos pareció alentadora, por no decir alarmante. Los estudiantes de las Universidades Canadienses, tenían conocimientos acerca del cerebro. Eso debe darle gusto a todos, ¿no?. El problema es que usaban ese conocimiento para negarse a tratamientos médicos o para planear formas de suicidio y actos criminales. Dejo de gustarnos la idea del conocimiento.

De ahí surge la idea de realizar una investigación sobre el impacto de los temas que se vierten en las series de televisión, particularmente ER, House MD, CSI, Las Vegas, Miami y NY y la Ley y el Orden: Unidad de Victimas Especiales y preguntar a la gente el impacto que estás series tienen en la vida cotidiana.

Método

Participaron en la investigación 1523 personas entre 20 y 47 años de edad.
Lugares de residencia: México, 345  participantes; Estados Unidos, 412 participantes;  Rusia, 476 participantes;    Holanda 290 participantes. Todas las encuestas se hicieron en los idiomas oficiales de cada país. 37% de los participantes fueron estudiantes Universitarios, 49% público general, 14% profesores universitarios.
Criterios de inclusión: haber visto al menos 5 capítulos de las series de televisión a las que se referían las preguntas, participación voluntaria. Responder todas y cada una de las preguntas.

Técnica: La técnica empleada para recopilación de datos fue la encuesta cerrada y  encuesta de  opinión, vía correo electrónico.

El instrumento está compuesto por 21 preguntas agrupadas en tres grandes temas: Aprendizaje de términos científicos,  Uso de la información, Expectativas sobre casos hipotéticos referentes a la medicina, medicina forense, balística, Leyes y criminalística.

Todos los cuestionarios se validaron para la población objetivo.

Resultados:
Aprendizaje de términos científicos, el 97% de los participantes respondieron correctamente a la definición de términos científicos que se emplean en las series de televisión. Lo cual implica que las ideas implícitas y las científicas están fusionadas en entre los participantes.

Con respecto al uso de la información, los participantes respondieron de la siguiente forma:
El 100% espera que si se encuentran en un juicio, todas las pruebas y las técnicas necesarias estén disponibles en un juicio.
El 91%  espera tratamientos específicos para las enfermedades.
El 89% no cree tener necesidad de acudir al doctor excepto en casos de ataques cardiacos o accidentes cerebro vasculares.
El 92% conoce los principales medicamentos y el empleo médico de los mismos (vicodín, diazepam, tylenol, Ancef).
El 100% conoce los derechos de un detenido en los Estados Unidos pero solo el 13% conoce sus derechos en su país de origen. Excepto en los Estados Unidos.

El 95% Piensas que un criminalista sabe lo mismo de balística, medicina forense, rastreo, psicología.
El 99% piensa que los médicos siempre tienen una respuesta a las enfermedades.

Con respecto a los casos hipotéticos:
El 98% de los participantes está convencido de que el cáncer es curable con quimioterapia, solamente.
El 99% sabe como borrar rastros de ADN en escenas del crimen, y las usarían en caso de ser necesario.
El 71% conoce lo que hace falta en un juicio de asesinato, y pediría todas las pruebas en caso de que un familiar suyo fuera asesinado.
El 23% sabe la diferencia entre un médico internista, un oncólogo y médico de urgencias, pero el 100% sabe que un médico es capaz de curar cualquier enfermedad, siempre y cuando se le presente el caso a tiempo.
El 100% espera que el policía que analice un caso de violación, encuentre al culpable.

Discusión y conclusión:

Las ideas implícitas de los participantes, tienen tanto de ciencia que corren el riesgo de poner en peligro sus vidas y las de sus familiar, tomando decisiones basadas en historias que ven por la televisión, cada semana encuentran la respuesta a un caso en los laboratorios forenses llevaría semanas o meses. Técnicas genómicas, biomédicas o forenses se realizan con un click de computadora o la mirada de un experto. Las enfermedades se curan como una respuesta a las plegarias y por supuesto, siempre el paciente se ve con un maquillaje perfecto y el cabello bien acomodado.

Si, yo aprendí mucho de lo que hoy comparto en conferencias y salones de clase con los programas de divulgación de la ciencia y soy fuerte creyente en la televisión como medio educativo; pero saber que la gente es capaz de tomar un medicamento o evitar acudir al médico por que sus síntomas se parecen a los de la serie de televisión, pone en riesgo la salud pública. Preferir, por ejemplo la medicina por medicamentos que una cirugía, pone en riesgo a los pacientes.

El 45% de los participantes dice que los médicos deben contar con ciertas características físicas, de otro modo no son buenos médicos.

Si creo que se debe reformular las ideas implícitas, la pregunta es ¿cómo?.  Valdría también la pena analizar, el papel de estas series de televisión como medios didácticos en las universidades, por que me niego a pensar que son malas influencias, solo creo que deben ser acompañadas de algo de realidad.
Alma Dzib Goodin
 

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Referencias

Calsamiglia, H. (1997) Divulgar: itinerarios discursivos del saber. Una necesidad, un problema, un hecho. Quark. Vol. 2, No. 7. Pp. 9-18.
Claxton, G. (1984) Live and learn. Harper and Row. Londres.
Claxton, G. (1991) Educar mentes curiosas. El reto de la ciencia en la escuela. Visor. España.
Fourez, G. (2002) La construcción del conocimiento científico. Narcea. España.
Miyahira,  J. (2000) Problemas éticos en la autoría y en la divulgación de los resultados de la investigación biomédica. Rev Med Hered 11 (1), 22-33.

Mirsky, S. (2005). Crime Scene Investigation. Scientific American.  May.


Atención a los detalles

Un elemento importante del aprendizaje es la atención que se vincula usualmente con la memoria. Usualmente pedimos a los educandos que presten atención a las tareas del entorno, pero ¿que es prestar atención?, ¿notamos diferencias sutiles o necesitamos cambios drásticos en el entorno para saber que algo sucedió?


Aqui les comparto un video que les hará probar su atención, no se sientan mal si no comprender bien lo que pasa, repitan el video y después compartan su experiencia:
http://youtu.be/vBPG_OBgTWg

Una vez que descubran el truco, notarán que si el cambio en el entorno es drástico, el cerebro se activa y dice: algo pasó aqui, pero, al mismo tiempo... ¿que tanto nos atrevemos a decir que algo nos causa una disonancia cognitiva?, es decir... !hey!, ¿qué pasó aqui?.

Alma Dzib Goodin

 
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jueves, 11 de agosto de 2011

Neurocognición y aprendizaje

No hay duda  que la educación es la mejor inversión de un país. No solamente a nivel cultural, sino económico, pues diversas investigaciones indican que entre más educado es una nación, los sistemas de salud se basan en la medicina preventiva y menos en la medicina de urgencia (Alburquerque, 2004). Sin embargo, muchos paises están lejos de la meta tanto educativa, en salud y económica.

Pero cuando uno lee tanto sobre avances de la investigación sobre el aprendizaje, desde tantas perspectivas, y cada mes hay un congreso en alguna parte donde los expositores dan cuenta de investigaciones que sin lugar a dudas pueden cambiar el rumbo de la educación en cualquier país, no queda más que preguntarse por que son solo un discurso, pues no se aplican.

Quizá las aportaciones de la neurociencia en la educación también queden en la basura, pero no hay duda que permiten cambiar la forma de pensar el aprendizaje. Desde esta perspectiva, el alumno no es flojo, lo que sucede es que no cuenta con las herramientas cognitivas ni las estrategias para enfrentar al medio.

El aprendizaje se finca como un proceso evolutivo puesto para la sobrevivencia de la especie (Poch, 2001), que permite la adaptación al medio. No es un discurso político ni una obligación. De hecho, el principio del aprendizaje es que es un acto gozoso, que posibilita redes neuronales debido a que se repite indefinidamente, dando lugar a la perfección de la ejecución ya sea motora o cognitiva (Dzib Goodin, 2011).
¿quién no ha disfrutado con las risas de un niño pidiendo repetir un movimiento, una palabra o una comida?

Este proceso, requiere sin lugar a dudas del cerebro, que moldea las conexiones, pero no escapa a la evolución, pues mantendra las redes neuronales más fuertes, dando paso a la expertes de aquellas que sobrevivan, generalmente las más usadas y las que se disfrutan más, por ello requiere de la memoria que a su vez  se nutre de la emoción (Delaney, Nghiem, Waldum, 2009; Lin, Sprarahen, Blythe  y Zida, 2011).

Enseñar entonces no puede ser visto como una transmisión de ideas o copia de conocimientos, como si se digitalizara algo y se pegara en otro archivo, es un acto que requiere de entender al otro, analizar lo que hace falta enseñar y lo que se tiene para aprender (McGinnis y Roberts Harris, 2009); es al mismo tiempo saber hasta dónde se puede llegar con un cerebro que nunca termina de cambiar su forma, adaptandose a múltiples necesidades cognitivas, ambientales y de salud, buscando la eficiencia y al mismo tiempo evolucionando (Padilla Magaña, 2003; Dick y Roth, 2008).

Es por eso que la visión de la neurociencia abre nuevas formas de ver al educando, no mejores a la idea tejida hasta ahora, sino distinta que puede convertirse en un puente hacia la aplicación de las nuevas tecnólogias a la educación, o bien en una puerta hacia el desarrollo del talento de una forma más práctica que agrupar a niños a partir de las capacidades demostrables por una prueba, pero que no mira las posibilidades de ese niño, más allá de lo que ya es (Benaros, Lipina,  Segretín, Hermida y Colombo, 2010). 

Intentar homogeneizar el aprendizaje, ha sido la meta de la educación, comprender que no todos son aptos para las mismas cosas, es una meta de la neuroeducación. Hay evidencia suficente que muestra que empleando las redes neuronales fuertes se pueden beneficiar las débiles, es por eso que decirle al niño lo que no sabe, y forzándolo a que lo aprenda, no es el mejor camino, pues va en contra del principio del aprendizaje como adaptación al ambiente. 

Reconocer que las redes neuronales del lenguaje, la lectura, la escritura y las matemáticas, solo se cruzan pero que cada una evoluciona distinto (Pinel  y Dehaene, 2009),  abre la posibilidad de crear nuevas estrategias de aprendizaje a partir de lo que si se puede hacer y no explicando por que no es posible, eliminará muchas tensiones en los niños y las matemáticas y la lectura y posiblemente dejará de ser un auténtico dolor de cabeza tanto para educadores como para los estudiantes, pues asumir que existen capacidades distintas, y que el conocimiento se adquiere gracias a los aprendizajes previos, restará un poco de la tensión del DEBES APRENDER ASI.

Curiosamente el cerebro ha acompañado al aprendizaje desde los inicios del desarrollo de la neocorteza, pero ha sido muy reciente su incorporación al tema del aprendizaje. No se requiren neurocientíficos, sino observadores y conocedores, personas con un poco de creatividad que permitan a los niños, comprenderse mejor como aprendices y con ello explorar su propio potencial. Personalmente esa es mi apuesta.

Alma Dzib Goodin
 
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REFERENCIAS

Alburquerque, F. (2004) Desarrollo económico local y descentralización en America Latina. Revista de la CEPAL. 82. 157- 173.

Benaros, S., Lipina, J.,  Segretín, S., Hermida, J., & Colombo, J. (2010) Nuerociencia y educación: hacia la construcción de puentes interactivos. Rev Neurol.  50 (3): 179-186.

Delaney, P., Nghiem, N., Waldum,E. (2009) The selective directed forgetting effect: Can people forget only part of a text? The quaterly Journal of experimental psychology. 62 (8) 1542-1550.

Dick, U. y Roth, G. (2008) Intelligence evolved. Scientific American mind. Vol. 19. num. 4. 70-77.

Dzib Goodin (2011) El estudio del cerebro. video. http://youtu.be/nlIwqeN5MIs

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