Se sabe que durante el desarrollo la arquitectura de las conexiones
progresivas y asociativas del cerebro son susceptibles de modificaciones a
partir de la experiencia, sin embargo estas modificaciones llegan a quedar
aparentemente estacionadas en la edad adulta. Con el tiempo, las conexiones
progresivas también parecen perder plasticidad mientras las sinapsis de las
conexiones asociativas conservan una susceptibilidad mayor para las
modificaciones dependientes de la experiencia. La persistente adaptabilidad de
las conexiones recíprocas es probablemente la clave para la adquisición de
habilidades que se generan debido a patrones preceptúales y motores a lo largo
de la vida (Aguilar 2003; Díaz-Arribas,
Pardo-Hervás, Tabares-Lavado, Ríos-Lago, Maestú, 2006).
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En este sentido,
será el individuo y las influencias externas que lo circundan quien decidirá al
final, cuál ha de ser el entramado de redes sinápticas que se formen. Así por
ejemplo, en los músicos de cuerda, el área
de la corteza que gobierna la mano de digitación es mayor que la
correspondiente a la mano que no digita; los dedos más empleados son los que
tienen asignados mayor espacio. Otro ejemplo de las conexiones que es posible
desarrollar se encuentra en las personas que leen Braille, en quienes la corteza visual se activa cuando palpan las
prominencias de la escritura con los dedos (Aguilar, 2005).
Es por ello que se cree que esto sea la explicación de algunas conductas
precoces como nadar, caminar o el desarrollo del habla en algunos niños, pero, una vez que se han
hecho los ajustes y se ha hecho el podado neural ¿qué ocurre?. Algunos autores hablan
de la madurez funcional que se presenta cuando se han eliminado las conexiones
neuronales excedentes y la plasticidad
comienza a declinar, el proceso depende de la supervivencia de las conexiones
más aptas, de este modo el llamado período crítico de desarrollo termina cuando
el proceso de la eliminación neuronal ha llegado al punto es que sólo unas pocas
sinapsis, si algunas quedan, aun pueden tener interacción competitiva.
Sin embargo, no
es sólo la estimulación ambiental la que puede originar modificaciones
perdurables en el neurodesarrollo. Estimulaciones más sutiles como es la estimulación táctil postnatal,
mantenida de modo suave y permanente durante un cierto tiempo después del
nacimiento (manipulación táctil consistente) ejerce efectos beneficiosos en
forma de una menor reactividad emocional, por ejemplo se encuentra menos
tendencia al estrés, mayor capacidad de aprendizaje en situaciones emocionales.
Mientras que cuando la estimulación es inconsistente
porque las maniobras táctiles han sido irregulares en su forma y frecuencia,
los niños presentan mayor reactividad emocional y ven reducida su capacidad
para algunos aprendizajes.
De lo expuesto
se desprende que el ambiente es capaz de modificar la función y la estructura
cerebral, de forma que la experiencia tiene consecuencias en diferentes niveles
de integración más o menos perdurables. Esto es especialmente cierto durante
las primeras etapas de la vida en las que el desarrollo cerebral en las que la
experiencia tiene una importancia mayor, si cabe, ya que no sólo facilita
patrones, pero cabe resaltar que no siempre la modificación de una función se
acompaña de modificación de la estructura, y esto conviene tenerlo muy presente
sobre todo cuando el cerebro se encuentra sometido a perturbaciones incisivas y
constantes que dificultan la expresión de los procesos adaptativos en toda
plenitud (Flores, 2005).
Es así que se ha especulado que el aprendizaje
rápido de los infantes, en especial durante los periodos críticos, refleja la
explotación del gran número de sinapsis disponibles en ese momento, algunas de
las cuáles de no ser conectadas pronto serán eliminadas o podadas. Siendo así,
cuando se hayan eliminado las células excedentes y se haya ajustado el número
de neuronas que han de inervar, entonces la flexibilidad y la plasticidad de
esta etapa temprana de la vida parece declinar (Patchev, Rodrigues, Sousa, Spengler y Almeida, 2014).
Aun cuando son varios los ejemplos
reportados sobre las modificaciones del ambiente sobre el desarrollo cognitivo,
el estudio sobre el enriquecimiento ambiental es uno de los que más se han
reproducido y aplicado a los modelos de enseñanza y aprendizaje en
particular. Este modelo, aplicado a
animales, generalmente roedores, que eran puestos en jaulas más grandes de lo habitual, y con
mayor número de habitantes por jaula. En las jaulas se colocan juguetes de
formas y colores variados que se van intercambiando sistemáticamente; se
incluyen escaleras, ruedas giratorias y se plantean dificultades para el acceso
a la comida que también varia en textura y sabor.
Es así que los
animales que han sido sometidos a este tipo de estimulación durante periodos
variados de tiempo (generalmente, 1 o 2 meses después del destete) presentan
diferencias sinápticas sustanciales frente a sus compañeros que habitan en
condiciones estándar, en este sentido, se encuentra que las primeras realizan
mejor las pruebas que requieren un aprendizaje complejo, son más competentes en
las pruebas que evalúan la memoria viso espacial y la memoria a corto plazo, e
incluso pueden mostrar signos más tardíos de envejecimiento. Estos resultados de
carácter cognitivo se acompañan de modificaciones neuroanatómicas, como son el
aumento de grosor de la corteza cerebral, el incremento en el número de las
espinas dendríticas y el aumento en el número y tamaño de las sinapsis, así
como el aumento del proceso de neurogénesis antes mencionado
A nivel
neuroquímico, también se aprecia un
incremento en la expresión de algunos genes que tienen que ver con el
desarrollo neuronal, y las modificaciones en el funcionamiento de las vías de
señalización intra-neuronal que son activadas en respuesta a estímulos
neuroquímicos diversos. Por lo que la moraleja de toda la investigación se
puede resumir a que las experiencias, que pueden ser entendidas como
aprendizajes, escolares o no, crean esquemas cerebrales que permiten a largo
plazo, crear nuevas conexiones cerebrales, las cuales pueden ayudar a otras a
concretarse ((Lois y Álvarez Buylla, 1992;
Álvarez Buylla y García, 2002; Bredy, Lin, Wei, Baker-Andersen, Mattick,
2011).
Referencias:
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García Verdugo, J.M. (2002) Neurogenesis in adult subventricular zone. Journal
of neuroscience. 22 (3) 629 - 634.
Bredy, TW., Lin, Q., Wei, W.,
Baker-Andersen, D., & Mattick, JS. (2011) MicroRNA regulation of neural
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Díaz-Arribas,
M., Pardo-Hervás, P., Tabares-Lavado, M., Ríos-Lago, M. y Maestú, F. (2006)
Plasticidad del sistema nervioso central y estrategias de tratamiento para la
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isquémico en el territorio de la arteria cerebral media. Rev Neurol. 42 (3): 153-158
Flores,
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síndrome de Down: Bases neurobiológicas Rev
Síndrome de Down 20: 132-142.
Lois, C. and Álvarez Buylla, A. (1992)
Proliferating subvetricular zone cells in the adult mammalian forebrain can
differentiate into neurons and glia. Proceedings
of the National Academy of Science of the United States of America .90; 2074-2077.
Patchev, AV., Rodrigues, AJ.,
Sousa, N., Spengler, D., and Almeida, OFX. (2014) The future is now: early life
events preset adult behavior. Acta
Physiologica. 210 (1) 46-57.
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