El nivel
molecular de la estructura organizativa del sistema nervioso, corresponde a
la corteza cerebral, la cual está diseñada en columnas o módulos de
intercambio de información. Estas columnas son perpendiculares a la superficie
de la corteza, tienen aproximadamente 3 milímetros de longitud y entre 0.5 y 1
milímetro de ancho y se les reconoce como formadoras de entidades anatómicas
separadas que dan lugar a distintas funciones cuasi independientes, e incluso
existen investigaciones que señalan que la percepción y la memoria pueden estar
distribuidas a través del sistema nervioso gracias a este sistema de
organización.
De esta manera, se han descrito agrupamientos de
células que forman columnas verticales, las cuales procesan en conjunto información
procedente de la misma fuente de estímulo, es decir, poseen el mismo campo
receptivo.
Dicha organización permite visualizar a la
neocorteza en función de una jerarquía
cortical lo cual permitió el desarrollo de modelos generativos de la percepción
que dieron paso a modelos jerárquicos computacionales que permitieron hacer
predicciones sobre la anticipación (feedforward) y la retroalimentación de la conducción
neuronal incluyendo la segregación y la precisión topográfica en ambas
direcciones, con lo cual quedó claro que en lugar de una sola vía en los
compartimientos superior e inferior de las áreas superiores e inferiores de la
corteza, existen una comunicación bidireccional a contra corriente en cada
compartimiento de la corteza,
En este sentido se especula que estas columnas
podría ser la unidad fundamental de la organización en toda la evolución ya que
las columnas tienen formas y tamaños parecidos, no solo dentro de cada especie
sino en todas ellas, otorgando la oportunidad de ser plástica, lo cual
representa la máxima invención evolutiva, ya que permite al sistema nervioso
escapar de las restricciones de su propio genoma y adaptarse a las presiones
tanto ambientales como psicofisiológicas, cambios y experiencias.
Este
mecanismo se activa por la entrada coincidente de polos opuestos de la neurona,
el cual es exquisitamente adaptado a la arquitectura final a gran escala de la
corteza y está controlada estrechamente por microcircuitos neuronales.
A todo ello se agrega un diseño que además de
creativo es controversial, que permite el envío de información de forma contralateral
(es decir que la información del lado derecho se analiza del lado izquierdo)
que en fechas resientes ha permitido analizar el flujo de energía que es
posible gracias a la respuesta de la materia blanca y su relación con el cuerpo
calloso que extiende el flujo de información ha diferentes áreas dependiendo de
la acción sobre el ambiente que sea requerida.
Esta ventaja se debe en parte a los patrones de la
distribución laminar que hacen interacción con diferentes receptores necesarios
para cumplir diferentes funciones. En este sentido, tanto la distribución
laminar, como la relación entre áreas y receptores, crea ventajas para la
adquisición de procesos de aprendizaje, pero al mismo tiempo abre la puerta
para diversas patologías.
Referencias:
Arteaga, G. y Pimienta, H. (2004) Sobre la
organización columnar de la corteza cerebral
Revista Colombiana de Psiquiatría.
Suplemento No. 1, Vol.
XXXIII.
Casper, S., Schleicher, A., Bacha-Trams, M.,
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